El tiempo se vio entregado y el cielo mando sus brazos del bien.
Armas del bien que vienen del ser, y el cielo te llama al ver que vienes.
Armencen bien de todo este bien, que el cielo nos llama al ver que vienes.
Ah, ah y el cielo del tiempo te llama, llama; vi el reino que dio sus brazos, vi el templo que dio sus brazos del bien.
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